Evocación. Falla y Granados
Si nos adentramos en la Historia de la Música, podemos comprobar que Granados y Falla, unidos a Albéniz, forman la cúspide de la música española de principios del XX.
Al acercarte a ellos, a sus vidas, descubres que apenas se conocen, a pesar de los escasos nueve años de diferencia de edad y de la paralela trayectoria que siguen como músicos y compositores.
De personalidades opuestas, ambos pasaron por las clases de composición del padre de la musicología española moderna, Felipe Pedrell (1841-1922), quien dejó una marcada impronta en sus alumnos.
Granados, seguro de sí mismo y de carácter jovial, contrasta con un Falla terriblemente tímido, austero y de profunda religiosidad. Sin embargo, con raíces o inspiración en el folclore y cada uno con su lenguaje, ambos buscan la proyección internacional de su obra y lo consiguen superando el aislamiento al que parecía condenada la música española desde el s. XVIII.
Con este proyecto, Alenza quiere rendir homenaje a esta relación de admiración póstuma, hermanándolos en un mismo programa cuyo título viene inspirado por el artículo que el mismo Falla escribe en 1972: “Enrique Granados. Evocación de su obra”.
Con aire español
La música española es parte de nuestro patrimonio cultural y sus patrones rítmicos, melódicos y tonales conforman en cierta medida la esencia de nuestra identidad. Por eso al interpretarla, la vivimos con una especial intensidad emocional y el público así la recibe.
En este programa, además de Enrique Granados y Manuel de Falla, hemos querido rendir homenaje al recientemente fallecido Antón García Abril. Hemos elegido canciones emblemáticas de cada uno y las hemos adaptado a nuestra formación, otorgando así a estas piezas clásicas una visión nueva y enriquecedora con la voz del violonchelo.
Asimismo, incluimos a tres compositoras de tierras valencianas, la reconocida Matilde Salvador, intelectual de su tiempo y con una muy interesante obra vocal a recuperar y difundir; Ángeles López Artiga, quien ha adaptado sus “Impresiones” expresamente para nosotras, e Isabel Latorre, compositora emergente de creciente interés en el panorama musical actual.
Procesión
Música y espiritualidad están estrechamente unidas. La música ayuda a conectar con nuestra esencia más íntima y a encontrarnos con nosotros mismos. A través de los oídos invade nuestro cuerpo y nuestra alma.
Ya en la Antigua Grecia, los filósofos griegos comenzaron a pensar sobre la magia de la música y su función. Alrededor de todo el mundo, y llegando su existencia hasta nuestros días, encontramos diferentes ceremonias y culturas que emplean la música como un ingrediente esencial en ellas. En todas encontramos lo mismo, la música como hilo conductor aportando contenido simbólico y emocional.
Durante este recorrido, en esta Procesión, Alenza Trío abre las puertas a la espiritualidad.
Procesión es una invitación a la cultura auditiva, al recogimiento y la meditación.
Obras de Fauré, Désiré Mohr, Gounod o Bloch, entre otros, toman vida a lo largo de una Procesión donde la música y la espiritualidad están al servicio del público y los intérpretes.
Con amor al arte
¿Qué es arte? El arte es entendido generalmente como cualquier actividad en la que se recrea, con una finalidad estética y también comunicativa, un aspecto de la realidad y así, se expresan ideas, emociones y, en general, una visión del mundo.
Interpretar una obra musical para que sea entendida como arte es uno de los retos que persigue nuestra formación. Si, además, este proceso se realiza desde la profundidad del amor, el resultado no puede ser más bello.
La estrecha relación entre amor y arte nos ha llevado a elaborar este programa; no se puede amar sin tener a alguien a quien expresar ese amor. De igual manera, el arte sólo es posible si existe una relación entre artista y público.
Con este proyecto, Alenza Trio quiere aunar la belleza de la obra musical, con el amor por ella, con un delicado programa que recoge a compositoras y compositores como J. Glaeser, J. Massenet, F. Bridge o P. Viardot.